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Todo comenzó con un sumario por acoso sexual en Quequén, provincia de Buenos Aires; luego, una denuncia por acoso sexual y laboral en Posadas; un nuevo sumario por el “extravío” de precintos de control ecológico y otra denuncia por amenazar a la directora y a la maestra en la escuela de su hijo: la historia de un subprefecto.
Un joven elemento de la Prefectura Naval Argentina (PNA) concentra una serie de señalamientos en sucesos que se registraron, según consta en los documentos a los que accedió La Voz de Misiones, entre 2017 y 2022. En cada uno de los casos un nombre se repite: Barceló.
El subprefecto Jorge Daniel Barceló está en el centro de la escena luego de ser acusado en dos ocasiones por compañeras que se sintieron acosadas sexualmente. Una de esas víctimas hizo la denuncia en la Justicia Federal de Posadas, que ahora investiga un posible caso de “violencia institucional”, una carátula que sugirió el fiscal al considerar que los superiores del denunciado fueron informados de los eventos, y que no habrían actuado según el reglamento de la fuerza.Publicidad
Primer caso: Acoso en Quequén
Para comienzos del año 2017, el oficial principal Daniel Barceló era el jefe de la estación de Servicios, Incendio y Protección Ambiental (SIPA) del Puerto Quequén, localidad situada al sudeste de la provincia de Buenos Aires, vecina a Necochea. Allí conoció a la cabo segundo M. G., por quien desarrollaría de inmediato una fuerte atracción.
Los mensajes vía WhatsApp fueron el canal por el cual Barceló contactó una y otra vez a su subordinada quien, ante la primera insinuación, respondió con una negativa.
En uno de los primeros contactos telefónicos, el prefecturiano le confesó sentirse seducido por ella: “No me gustaría habértelo dicho personalmente, que sos re linda, que me volvés loco, cómo sos, por eso quería verte; si no querés, te entiendo”, encaró.
Ante la declaración del hombre, la joven respondió: “Mire, no me enojo, pero creo que usted confundió las cosas, quizás por el hecho de que es de las primeras veces que comparte más tiempo en el trabajo con una femenino…”, comenzó.
En el mismo mensaje, M.G. le aclaró a Barceló que: “…Como dijo que iba a entender, me gustaría que esto quede acá y no volvamos a tocar el tema, no tengo ningún problema con usted ni que esto cree alguna especie de incomodidad en el trabajo”.
El acoso, sin embargo, nunca se detuvo. En las capturas de pantalla de los chats que la mujer recolectó como prueba, se lee insistente a Barceló en su actitud por cautivar, a pesar del rechazo: “Qué rico perfume”; “Te extraño”; “Me muero por besarte, qué linda que sos”, eran algunas de las frases.
El límite llegó cuando la cabo M. G. decidió romper el silencio e informar a sus superiores el calvario que estaba viviendo. Se produjo entonces el sumario QUEQ – 23/2017, expediente 29C, mediante el cual se intentaría determinar si Barceló incurrió en alguna inconducta.
Finalmente, el prefecturiano fue sancionado con menos de diez días de arresto por otros hechos diferentes al acoso. Todo lo obrado fue archivado en febrero de 2019.
Segundo caso: Acoso en Posadas
A finales de 2019, Jorge Daniel Barceló concretó un nuevo traslado y se instaló con su familia (esposa y dos hijos) en la capital de Misiones, donde alcanzaría el rango de subprefecto durante su desempeño al frente de la Estación de Salvamento, Incendio y Protección Ambiental Posadas (ESPO).
Con personal especializado formado como buzos tácticos, Barceló encabezó un equipo de 14 subalternos, 12 masculinos y 2 femeninos, quienes entre otras responsabilidades disponían del manejo de los “precintos ecológicos”, el método de control de la fuerza federal para evitar el derrame de residuos tóxicos para el ambiente, que producen las embarcaciones que trabajan y surcan los ríos del país.
En su nuevo cargo, Barceló fijó su interés en una de sus subalternas, Yesica Nerea Celestino, quien había sido recientemente condecorada por el Concejo de Deliberante de Posadas y por el Ministerio de Seguridad de la Nación, luego de un rescate en las aguas del arroyo Mártires, el mediodía del 8 de marzo de 2018, de regreso de un agasajo por el Día de la Mujer.
En esa ocasión, Celestino, formada como buzo salvamentista, bombera y nadadora de rescate, evitó la muerte de dos hombres que habían naufragado en una precaria canoa mientras pescaban junto al puente del Acceso Oeste, en Posadas.
La prefecturiana galardonada luego fue madre por segunda vez y transitaba el periodo de lactancia cuando, a finales de 2019, conoció a su nuevo jefe: Barceló.
La historia se repitió. Según relató la mujer en su denuncia, con lujos de detalles, fue víctima de situaciones que sucedieron estando de servicio debido a la especie de obsesión que su jefe había desarrollado hacia ella.
Fueron meses y meses de constante hostigamiento, con episodios que se alternaron entre el “maltrato” y la “insinuación sexual”, relató la denunciante en su declaración en el sumario interno que es parte de la investigación de la PNA y en la denuncia realizada ante el Juzgado Federal de Posadas.
El primer episodio de acoso se registró en marzo de 2020. “En la oportunidad en que me hallaba sola en la oficina trabajando en la computadora, ingresa el jefe, coloca una silla junto a la mía y pasando su mano por mi hombro, a modo de abrazo, me propuso salir a tomar algo para conocernos mejor”, relató.
Rechazado, Barceló se retiró en silencio de la oficina, contó la mujer. Era el comienzo de un largo y tortuoso camino que la prefecturiana ventiló, finalmente.
Al día siguiente de ese primer rechazo, Barceló llegó a la oficina y sin mediar palabra la trató de “inútil” delante de sus compañeros, añadió.
“Me dice que no tenía condiciones para estar en ese lugar, que era ineficiente en todo, que no podía hacer nada bien, que ni siquiera podía archivar nada, que todo era un desastre”, detalló la mujer.
El hecho fue informado personalmente por Celestino al superior de Barceló, el entonces prefecto principal Rodolfo Daniel Kubiszyn, ascendido recientemente a Jefe de Operaciones de Prefectura Alto Paraná.
El Ministerio Público Fiscal, a través del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional de Posadas, investiga la posible comisión de un hecho caratulado como “Presunta Violencia Institucional”, y es que la fiscalía sospecha que el superior del denunciado conocía la situación y no actuó según el reglamento de la PNA.
El 27 de julio de 2022, el nombre de Jorge Daniel Barceló trascendió el ámbito de la Prefectura Naval al ser protagonista de un escándalo en los pasillos de la escuela N°912 “Juan Pablo II”, en donde fue citado por la directora y la maestra de su hijo, a quienes terminaría amenazando en medio de gritos, por lo que fue denunciado por las docentes en la Comisaría 15ª.
“Veníamos citando a la familia desde el año 2021 porque queríamos ver cómo abordar el problema, porque el chico ya estaba en quinto grado con los contenidos de segundo”, contó la directora Ada Débora Cot a LVM.
“Cuando le llevo para hablar con Juana, que había sido maestra del niño en cuarto grado, es porque Daniel Barceló negaba rotundamente que su hijo tuviera problemas desde el año anterior. También negaba que la maestra (del año anterior) le hubiera citado en alguna oportunidad para hablar”, detalló la directora y continuó: “Juana le había solicitado un informe psicológico del menor porque notaba que el niño tenía conductas erráticas y, al finalizar el año 2021, solicitó al padre que acercara los informes del tratamiento que el menor llevaba adelante, a más tardar en marzo del 2022, y esto quedó escrito. Pero Daniel Barceló negaba que se le hubiera pedido. Es por eso que voy con Juana para que ella le mostrará el papel que él mismo había firmado”.
El suprefecto Barceló, la directora Cot y la maestra del cuarto grado del turno tarde, Juana Báez, improvisaron una reunión en la puerta del aula. Según recordó la directiva, algo cambió repentinamente en Barceló cuando fue informado sobre las evaluaciones del desempeño de su hijo que elaboraron la psicopedagoga de la escuela y otra profesional externa.
Como una solución posible, el padre propuso cambiar a su hijo al turno mañana, pero le informaron que la matrícula era muy numerosa y que, además, no sería beneficioso para el chico. A raíz de ello, Berceló le objetó a la directora una supuesta falta de mando: “En todo momento él presumía de que era jefe en la Prefectura, y que él, como jefe, daba cuatro gritos y todo el mundo hacía lo que él quería; y que yo, como directora, tenía que hacer lo mismo. Le expliqué que esto no es la fuerza, que es una escuela y las decisiones se toman de otra manera”, agregó.
Sobre el evento, que quedó registrado en una de las cámaras de seguridad que tiene el establecimiento, la directora recordó: “Empezó a los gritos, tratándome de inútil, denigrándome como persona y como mujer; amenazándome con hacerme despedir de mi cargo. Él estaba muy alterado, los docentes de otros grados salieron al patio porque temieron por mi integridad física; entonces le pedí que se retire, y es cuando más nervioso se puso y volvió con las amenazas contra mí”. La presencia de Barceló en la escuela quedó registrada en las cámaras.
La presencia de Barceló en la escuela quedó registrada en las cámaras.
Luego de lo sucedido, y teniendo en cuenta que el prefecturiano vivía a dos cuadras de la escuela, la directora Cot y la maestra Báez formularon una denuncia policial en la Comisaría 15ª de San Isidro. En el Libro de Actas escolar, también quedó asentado en detalle lo sucedido esa tarde en el pasillo.
Para que los superiores estén al tanto de lo acontecido en la escuela, las docentes fueron personalmente al edificio de la Prefectura Naval Argentina en Posadas, sobre la avenida Malvinas, frente al Club Pirá Pytá. Allí las recibieron el prefecto principal Rodolfo Daniel Kubiszyn, y prefecto mayor, Julio César Mostafa, quienes escucharon de primera mano la denuncia sobre el comportamiento violento de Barceló.
A continuación, Barceló cumplió con su promesa y denunció a la directora Ana Débora Cot en el Consejo General de Educación (CGE), donde se refirió a un supuesto hecho de bullying que tuvo como víctima a su hijo y del que responsabilizó a la docente.
Falsa o no, lo cierto es que la presentación de Barceló en el CGE desembocó en un sumario administrativo contra la directora Cot.
El caso de Jorge Daniel Barceló sobre las amenazas a las docentes también fue denunciado en el Ministerio del Seguridad de la Nación.
Al poco tiempo de su llegada a Misiones, a fines de 2019, el subprefecto Jorge Daniel Barceló estuvo a cargo de la Estación de Salvamento Incendio y Protección Ambiental Posadas, conocida como ESPO, y un mes más tarde dispuso del manejo de los denominados “precintos ecológicos”, el sistema mediante el cual la PNA controla que los buques no derramen residuos en las aguas de todas las jurisdicciones navales del país.
La importancia de los precintos es significativa para el cuidado del ambiente, ya que buscan impedir el derrame de las aguas de sentina. Se trata de residuos oleosos producidos en las operaciones normales en buques, que deben ser descargados en los puertos para asegurar una gestión adecuada y un posterior tratamiento en instalaciones en tierra. Las multas a quienes vuelven al puerto sin los precintos, o con los precintos removidos, son millonarias.
Al comenzar el año 2020, los precintos estaban a cargo de la oficina Polinave, sin embargo, una orden del jefe de la Prefectura Posadas, Rodolfo Daniel Kubiszyn, determinó que pasarán a estar bajo la órbita de Barceló en la Estación de Salvamento Incendio y Protección Ambiental.
Acatando la orden, el jefe de la oficina Polinave, subprefecto J.A., hasta ese entonces a cargo de los precintos, hizo entrega de los elementos de control no sin antes redactar un acta de concesión dando cuenta del traspaso a manos de Barceló.
Pocos meses después, desde la oficina Polinave, le requirieron a Barceló, a través de un acta, que informe el destino de los elementos para control que le fueron entregados. De esa forma salió a la luz el extravío de 20 precintos.
Un nuevo sumario interno se inició intentando determinar qué pasó. En su declaración indagatoria, Barceló relató que perdió los precintos durante la inspección a un buque arenero que estaba amarrado con la mitad del casco en tierra. Según dijo, un fuerte viento durante la requisa hizo que cayera al agua un maletín con objetos personales del prefecturiano y los precintos en su interior.
A pesar de la escasa profundidad en la que habría caído el maletín, y de que en la oficina ESPO son todos buzos tácticos, no fue ordenada una inmersión para intentar encontrar los precintos.
Poco tiempo después, el jefe de Polinave J.A., quien había pedido a Barceló que informe el destino de los precintos, fue removido de su cargo a raíz de informes psicológicos que lo alejaron más de un año de su puesto, quedando marginado de manera permanente de la fuerza, según lo establece el reglamento.
A pesar de los reiterados señalamientos, Jorge Daniel Barceló continuó con su carrera y asensos en la PNA. En noviembre de 2022, finalmente, fue trasladado a Buenos Aires. Comentarios
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“La directora me dijo que le empezaron a salir moretones en la cabeza”, relató la mamá. En febrero de 2021, una maestra había denunciado a la guardería por atar en sillas a niños con discapacidad durante toda la mañana.
Una madre denunció penalmente por maltrato infantil contra su bebé de 10 meses al jardín maternal Pequeños Gigantes, ubicado sobre la calle Santa Fe, entre Ayacucho y Junín, en el centro de Posadas.Publicidad
Todo ocurrió la mañana del miércoles 8 de junio: “Alrededor de las 8:45 me llama la directora, Gabriela Cura, manifestándome si me podía acercar al jardín”, relató la mamá en la denuncia a la cual tuvo acceso La Voz de Misiones.
Inmediatamente “me dirigí al lugar y esta- por la directora- me dice: ‘Le estábamos cambiando y notamos que le empezaron a salir moretones en la cabeza’”, detalló la mujer sobre el motivo por el cual Cura la había convocado de urgencia.
Ante la desconcertante situación, la progenitora le consultó a la autoridad directiva si su bebé se había caído al piso, pero ella le negó que el niño haya sufrido algún golpe dentro del jardín, según consta en la denuncia.
Desconcertada por los moretones en la cabeza y la frente del pequeño, la joven madre buscó respuestas: “Decidí retirarlo a fines de hacerle estudios médicos; a todo esto, Gabriela -la directora- se ofreció en todo momento a acompañarme a donde yo fuera”, señaló.
Una vez en el Sanatorio Boratti, los profesionales hicieron una amplia gama de pruebas clínicas al bebé. Sin una causa lógica que justifique los moretones, los médicos realizaron “estudios de sangre, placas y también lo revisó una hematóloga”, detalló la mamá.
Para alivió de la familia, los resultados médicos del niño dieron “normales y sin complicaciones”. Sin embargo, la duda sobre cómo el menor terminó con hematomas en la cabeza creció aún más al descartarse que pudiera tener alguna enfermedad.
En busca de más respuestas, la mujer se dirigió nuevamente hasta el establecimiento ubicado sobre calle Santa Fe y le pidió a la directora que le permitiera ver las grabaciones de las cámaras de seguridad para verificar si “hubo algún movimiento extraño con respecto a mi hijo”, pero la dueña del lugar le manifestó que el sistema de monitoreo “no funcionaba”.
En consecuencia, el último jueves la mamá denunció penalmente al jardín maternal Pequeños Gigantes en la Comisaría de la Mujer UR I del centro de Posadas y añadió a su testimonio fotos de su bebé con moretones en la cabeza y en la frente. Jardín del horror
El jardín maternal Pequeños Gigantes tiene al menos un antecedente grave que es investigado por la Justicia. La reconocida guardería posadeña cuenta con una denuncia previa a la radicada el pasado 9 de junio. Fue en febrero de 2021, cuando una joven maestra se presentó en la misma Comisaría para exponer hechos de violencia contra niños con discapacidad.
La docente, que recién se iniciaba en la profesión, relató que: “Desde el primer día que llegué al jardín observé que la directora ataba en una silla a los niños que tienen TEA (Trastorno del Espectro Autista)”, según la denuncia a la que tuvo acceso LVM y que también fue publicada en las redes por el grupo Familias TEA Misiones Red Federal.
Sobre los pocos días en los que trabajó en el jardín maternal, la educadora recordó que los chicos con TEA “no tienen problemas motrices, ellos pueden caminar, pero la directora nos daba la orden de que ellos estén atados toda la mañana”.
En esa línea, describió que los niños “hacen fuerza para moverse y se caen de sus sillas, en donde yo los tengo que levantar. Me veía obligada a seguir sus instrucciones, en mantenerlos atados”.
Además, expuso que la encargada de Pequeños Gigantes “me dijo que tiene cámaras en el jardín y que constantemente me observa para ver mi trabajo”.
La maestra también dejó plasmada en su denuncia que la guardería no tiene gabinete interdisciplinario que asista a los chicos con discapacidad, “solo cuenta con una auxiliar de maestra por el turno mañana y, por la tarde, la directora va sola y se hace cargo de todo”.
Por otra parte, la profesional señaló que no solo los niños con discapacidad sufren violencia por parte de Gabriela Cura, ya que “ella les grita mucho a todos los chicos en general, les habla fuerte y me dijo que yo tengo que hacer lo mismo, ‘porque ellos no hacen caso’”.
Incapaz de soportar los maltratos de los que fue testigo, la docente tomó coraje y declaró en sede policial: “Quiero aclarar que yo recién arranco con mi carrera y no me quiero ver involucrada a una injusticia de esta forma”.
La joven maestra jardinera actuó con valentía y en medio del temor le dijo a la Policía: “Tengo miedo porque no sé cómo se tomará la directora con esta denuncia, pero tampoco quiero ser cómplice de esto, ella me hizo saber que tiene muchos contactos y mucho poder en el Consejo, pero no puedo pasar esta situación, no me importa quedar sin trabajo, pero quiero que vean la situación de los chicos”.
La mujer, además de su testimonio, aportó fotos y un video que dan cuenta del estado en el que mantenían atados a los niños a sillas de menor porte a las que necesitaban por su tamaño. Mamá testigo
La Voz de Misiones contactó a Yohana, una mamá que el año pasado llevaba a su hijo a la guardería Pequeños Gigantes, hasta que la dueña y directora Gabriela Cura le pidió que saliera de testigo en la causa que se investiga por Maltrato Infantil, luego de la denuncia de la maestra en febrero de 2021.
“Yo lo había anotado en esa guardería en febrero del año 2021, mi hijo estaba en adaptación. Ella- por la directora- no nos permitía entrar al lugar por pandemia; dejábamos al niño en la puerta y ella lo recibía”, comenzó contando la mujer en comunicación telefónica con LVM.
La mamá comentó que su hijo iba a cumplir los tres años y no hablaba: “Estábamos en un caso de posible autismo, lo cual hoy en día es así”, dijo y agregó que si bien el niño no se expresaba verbalmente “él lloraba todos los días cuando llegábamos a la guardería”.
Y continúo describiendo la situación que afrontaba todas las mañanas con su pequeño: “No quería entrar, no quería entrar y yo pensaba, en ese momento, que todo era nuevo para él, que tenía que despegarse de mí y que era el motivo por el que lloraba tanto”.
Al cumplirse la tercera semana que su hijo asistía a la guardería, para sorpresa de la mamá, la autoridad educativa le solicitó hablar con ella: “Voy a buscarle, a las 13 horas, y me hace entrar al jardín Gabriela Cura, la directora, y me dice que necesitaba hablar conmigo”.
Ya dentro del establecimiento, la directora “me comenta que una maestra le había hecho una denuncia por maltrato, por lo cual la Policía había ido a la guardería a inspeccionar esa misma mañana”, detalló Yohana.
Fue entonces cuando la dueña del lugar le pidió a la mamá que “vaya a prestar declaración, que ella creía que una causa por la cual la maestra pudo haber denunciado, era porque un día mi hijo lloraba mucho y ella le pidió que calme al niño, a mi hijo, y que creía que eso ella- por la docente- se lo había tomado a mal”.
Al enterarse de la denuncia que había realizado la maestra jardinera, Yohana se acercó hasta la Comisaría de la Mujer. “Pido para ver la denuncia de Pequeños Gigantes y me atiende la comisaria que estaba a cargo”, recordó la mamá.
La uniformada le mostró a la madre “la denuncia, las fotos y el video, que eran sobre cómo tenían a los chicos”, dijo a LVM y destacó: “Lo que más pude apreciar fueron las fotos donde niños grandes, uno con autismo, creo que tenía 7 años, los ataban en las sillitas de bebé, donde los chicos se caían y se lastimaban”.
La mujer sostuvo que no vio a su pequeño en las pruebas que había presentado la maestra, pero después de ser testigo de los hechos tomó una determinación: “Ese fue el último día que mi niño fue a esa guardería, porque después de ver eso yo no podía continuar mandándole ahí”.
Yohana afirmó haber alertado a las madres con las que tenía contacto sobre la denuncia por Maltrato Infantil que pesaba sobre el jardín: “Tenía mucho dolor y bronca”, concluyó. Denuncia de la maestra en 2021. Comentarios
Denuncia de la maestra en 2021.
La Voz de Misiones habló con la mujer que fue rescatada por los vecinos cuando su pareja, el arquero de Guaraní, Rodrigo Raúl Ríos, la sometía a una paliza e intentaba matarla.
Luego de la detención de uno de los arqueros del plantel de primera división del Club Guaraní Antonio Franco (GAF), Rodrigo Raúl Ríos de 30 años, su pareja, a quien llamaremos Marta para resguardar su identidad, habló con LVM y dio detalles de lo ocurrido en la casa de la madre del jugador de fútbol, en la Chacra 262 de Posadas.Publicidad
Los sucesos de extrema violencia se desencadenaron ayer lunes poco antes del mediodía. Según relató la mujer víctima de violencia de género, “no es la primera vez que pasa esto; pero esta vez fue demasiado de terror”.
Marta, de 31 años, recordó que las situaciones de violencia se remontan hace dos años, apenas cuando se puso de novia con Ríos.
Todo empezó como “violencia verbal, estiradas de pelo, empujones, arrastramientos”, sostuvo la joven y añadió que “después ya empezó por cualquier tipo de cuestionamientos o cualquier cosa que a él lo molestara; empezaron los ahorcamientos, hasta el punto de ahorcarme y desvanecerme”, dijo la víctima a LVM. Horror al mediodía
La pareja llevaba poco más de dos años de relación y desde un comienzo fue un tormento, siempre cargada de escenas de violencias, recuerda la víctima. Cambios de humor constantes y escenas de celos fueron las primeras alarmas.
Para la mañana del lunes 2 de mayo la pareja compartía un grato momento: “Fuimos a desayunar a la Axion, él estaba súper tranquilo y me recriminó y cambió el humor porque yo me pedí un café negro y no terminé de tomar, eso fue lo que le molestó”.
Marta recordó que tras salir de la estación de servicio se dirigieron a la casa Ríos, en donde él convive con su madre y con su abuela, para compartir un almuerzo familiar en la vivienda ubicada en inmediaciones al CAPS 2 de Abril, en la chacra 262.
“Yo tenía que cocinar en la casa de la abuela, él se fue a trabajar y yo me fui a comprar. Le mandé mensaje y le dije ‘¿qué te pasó?’ y me dice ‘ándate, no te quiero ver’ y me empezó a insultar”, sostuvo la joven sobre el momento en que se desencadenó el conflicto.
Sin comprender el enojo de su pareja, la mujer le preguntó: “‘¿Qué pasó?’, porque no entendía nada, pero él insistía. Entonces yo vuelvo rápido porque ya lo conozco y vuelvo a agarrar mis cosas. Él llega en la moto y me dice ‘vení vamos a hablar’”.
La joven no sospechó que algo pudiera suceder, ya que el arquero “en ese momento actuó tranquilo”, dijo a LVM y contó que sintió miedo recién “cuando trabó la puerta. Dije ‘no’. Ya sabía lo que me esperaba”.
Encerrada en la habitación del hombre al fondo de la casa de la abuela, comenzó el calvario de Marta.
“Me preguntó por unos mensajes, porque se había puesto celoso. Empezamos a hablar sobre ese tema y de la nada me encaja una piña y de un momento a otro me caigo y se me tira arriba y me empieza a pegar. Insultándome y arrastrándome por la pieza. Tiró todas mis cosas, mi mochila, mi termo, mi documento. Desparramó todo, como hace siempre”.
La víctima continúo relatando el instante de horror del que sobrevivió gracias a la intervención de algunos vecinos y transeúntes.
“Intenté abrir una ventana para pedir auxilio, pero él me tapa la boca y me pone contra el piso. No me deja hacer nada, me asfixia, me ahorca. Yo me saco y él estaba buscando mi celular. Ahí me pone contra una pared y me dice ‘te voy a matar, tengo una pala. Te voy a matar y te voy a enterrar, no me va temblar el pulso”, contó.
La mujer le imploró a su pareja que “por favor piense en su hija, que no haga nada”. Según el testimonio de Marta, el agresor dejó de atacarla y aprovechó el momento “para juntar mis cosas que estaban desparramadas, él buscaba mi celular”.
Fue entonces cuando “destrabo la puerta y corro hacia el portón, a lo que yo me aferro del portón porque estaba cerrado y empiezo a pedir auxilio, auxilio. Me pareció eterno porque la gente me miraba y no sabía qué hacer”.
“Él me arrastraba hacia adentro y yo no me podía soltar, hasta que me soltó y me quería llevar a la pieza de vuelta, a encerrarme, a terminar lo que empezó”, pensó sobre lo que podría ocurrir si volvía al interior de la habitación. Crudo relato
“Ahí vinieron las vecinas y unos hombres. No me soltaba, todos les decían ‘soltala flaco’. Yo me agarraba de la pata de la mesa del patio y él me decía ‘vamos adentro, te voy a lavar la cara’”.
“Yo le decía: ‘Vos me vas a matar. Yo te tengo miedo. Dejame ir’. Yo estaba aterrada y cuando él me estaba por meter adentro de la pieza de vuelta, entra un hombre y le empuja. No sé cómo fue, yo solo quería salir corriendo. Yo me zafo, corro hacia el costado del auto y él me agarra de vuelta. Ahí fue que entraron otros dos hombres y lo redujeron contra el libustrín que está en el patio”.
“Él agarró un fierro de metal, que es el del video, creo que es un cuadro de una bici. Yo salgo y me desplomo en la calle, estaba súper agitada, él me ahorcó todo el tiempo. Él vino corriendo de vuelta hacia mí”.
“Está saliendo de nuevo hacia mí y corrí hacia la esquina. Así todo, los hombres no pudieron con él. Él los sacó con el hierro. Era una fuerza tremenda la que tenía. Llamaron a la Policía, pero tardó un montón en venir, como 45 minutos. Él se encerró en su casa”.
“Las vecinas me llevaron hacia la esquina donde él no me viera. Me quedé en la vereda de mi vecina en la otra cuadra y esperamos a la ambulancia”. Según confirmó la víctima a LVM, ella había realizado una denuncia y le otorgaron una orden de restricción contra Ríos por un hecho de violencia grave, hace un año. “Él me pidió perdón y volvimos”, recordó sobre el antecedente que ya tienen en la Justicia. La causa
La investigación contra el arquero Ríos se encuentra en etapa de sumario policial. Se prevé que en las próximas horas las actuaciones sean elevadas a la Justicia y que el viernes el detenido pueda ser trasladado a comparecer ante las autoridades del caso.
En esa instancia, el implicado deberá designar abogado defensor y luego comparecerá en audiencia de declaración indagatoria.
Allí, tendrá la posibilidad de brindar su versión de los hechos o podrá optar por abstenerse de declarar, tal como lo ampara su derecho y sin que ese silencio le signifique presunción de culpabilidad alguna.
Preliminarmente, la causa se instruye como violencia familiar, lesiones leves y amenazas, aunque todo puede cambiar conforme al avance de la investigación. En el expediente interviene el Juzgado de Instrucción Siete de Posadas, a cargo del magistrado Miguel Mattos.
Por estas horas, la víctima teme lo que pueda pasar: “Yo tengo terror porque hubo un repudio social que se expandió por todos lados y enseguida se conoció quién era. No sé qué va a pasar con él en el club, en el trabajo. Si él llega a salir de acá a una semana va a salir con un odio hacia mí… Se va a tomar venganza. Él me amenazó de muerte a mí”. Comentarios
Rubén González Glaría, el fiscal general federal de Misiones investigado desde el año pasado por una multiplicidad de denuncias, rompió el silencio con La Voz de Misiones, se defendió de cada una de las acusaciones, aseguró que la causa iniciada en su contra forma parte de un plan para quedarse con sus cargos e indicó que el tratamiento oncológico que atraviesa le impide afrontar su declaración indagatoria.
“Estos chicos son muy atrevidos para decir cosas así. Hicieron una película de Netflix. La acusación es muy endeble”, apuntó el fiscal de 67 años, quien desde 1993 ocupa el mayor cargo jerárquico del Ministerio Público Fiscal (MPF) de la Nación en Misiones y que desde abril del año pasado es objeto de una investigación que lo tiene bajo la lupa por diversos delitos, entre ellos exacciones ilegales, peculado y fraude.
Al comienzo de la charla, González Glaría se refirió a la acusación que pesa en su contra por supuestamente “puentear” a un fiscal de instrucción e intervenir -para favorecer con el sobreseimiento- en una causa por trata laboral que involucraba a Ramón Puerta, ex gobernador de la provincia.Publicidad
El fiscal investigado señaló que la causa contra Puerta se inició a partir de una denuncia radicada entre 2012 y 2013 por un “sindicato de rurales” en virtud de que en los campos del empresario yerbatero se cometía explotación laboral. Sin embargo, según González Glaría, el delito no pudo ser acreditado y también negó que él haya intervenido en la causa de manera irregular o puenteando colegas de primera instancia.
“Se hizo una investigación, hicimos una verificación in situ y se observó que no había trata laboral, nadie estaba encerrado, todos iban y venían. No se detectó que hubiera trata, había un montón de infracciones laborales, pero no trata”, explicó el funcionario y señaló que él intervino en toda la instrucción, agregando que “la jueza Skanata (María Verónica) me manda a mí la causa y yo simplemente hago mi opinión y digo que no hay elementos para procesarlo, para mandarlo a juicio (a Puerta)”.
El jefe de todos los fiscales federales de la provincia especula que el motivo de esa denuncia radicada en su contra por este caso tiene su origen en “una interna que no es de acá” y apuntó a funcionarios -de aquel entonces- de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) que aspiraban llegar a organismos internacionales prometidos por Puerta y, como respuesta al incumplimiento de esas promesas, impulsaban las acusaciones por trata.
“Cuando él se entera que yo avalo el sobreseimiento, este amigo colega se sintió muy ofendido y entonces me hace la denuncia a mí, de que yo hice un persaltum. Pero yo intervine en toda la instrucción de la causa”, señaló. Sobres con sueldo
Entre las denuncias más recientes, González Glaría también fue acusado de solicitarle dos tercios del sueldo durante cuatro años -de 2008 a 2012- a Silvana Bogado, prosecretaria letrada de la Fiscalía General.
La mujer declaró ante el fiscal Pablo Turano, de la Procuración General de la Nación, quien lleva adelante la investigación, y ratificó sus acusaciones, aportando además extractos bancarios correspondientes a los pagos que presuntamente debía cumplir con el González Glaría.
En este punto, el fiscal denunciado fue tajante: “Es absurdo totalmente. Nunca me quedé con ningún peso. Los extractos no se condicen con nada de lo que ella dice”.
Para González Glaría lo de Bogado es parte de la “movida” orquestada en su contra, en la que incluyó a Marcelo Quiroz, su ex mano derecha y actual secretario de la Fiscalía General Civil de la Cámara Federal de Apelaciones de Posadas, quien radicó la primera denuncia acusándolo de quedarse con el sueldo de una empleada y de utilizar el vehículo oficial de la fiscalía de manera particular.
“Es toda una movida. El otro que se presenta y me denuncia es Quiroz. Él es un chico que trabajó conmigo desde los 18 años. Le enseñé a caminar, a escribir, le enseñé todos los recovecos de la abogacía. Cuando a mi me nombran fiscal en 1993 le traigo conmigo porque era de mi absoluta confianza”, recordó.
Respecto a las acusaciones por el uso del vehículo de la fiscalía, el funcionario investigado aseguró que “la camioneta que tenía depositario judicial estaba a mí cargo, entregada por el juez Casals (José Luis) y tiene el seguro a mi nombre. Yo no cometía ningún delito con eso. Puedo ir a Paraguay, Brasil o Buenos Aires si lo tengo a mi nombre. No tengo impedimento. Soy fiscal las 24 horas del día”. La trama por un cargo
González Glaría se defendió. Tiró su experiencia y su curriculum sobre la mesa. “A mí me nombran en 1993 y la primera denuncia de que no soy intachable fue en el año 2018 o 2019. Con la cantidad de años y expedientes que pasaron, nunca jamás nadie me acusó ni de que lo miré feo y, de golpe y porrazo, aparecen todas estas denuncias”, sostuvo.
Para el funcionario, la razón de toda esa movida que atribuye en su contra, se debe a una disputa por los cargos que él actualmente ocupa y el poder que esa silla tendrá una vez que se concrete el cambio del código de procedimiento federal.
Ya sin tapujos, González Glaría apuntó. “Es la jefa de Silvana Bogado la que quiere mi cargo. Está en proceso la puesta en marcha del código de procedimiento federal. ¿En manos de quién queda la instrucción y decidir las causas con eso? Del fiscal general, o sea yo. La persona que viene a reemplazarme va a decidir quién va a juicio y quién no. Yo primero no entendía por qué me denunciaban, pero el poder político es así, te usa y quiere usarte”, disparó.
Y continuó: “Acá juegan con dos cargos. Yo tengo dos fiscalías a cargo, la Penal y la Civil, si a mí me obligan a irme, entonces hay un corrimiento porque el Ministerio Público Fiscal tiene muy pocas vacantes y solo hay ascensos cuando hay una jubilación. Mi salida provocaría un montón de corrimientos y creo que por ahí pasa toda la historia”. Salud
El máximo fiscal federal de la provincia ya fue citado a dos declaraciones indagatorias, pero ambas fueron postergadas por certificados médicos con diagnósticos de “trastorno depresivo”.
Turano, el fiscal que investiga, apostó entonces a realizar una junta médica para constatar efectivamente el cuadro de salud del imputado y la medida tiene fecha para el 9 de marzo. Pero ahora la defensa de González Glaría, encabezada por el letrado particular Hugo Zapana, argumentó que la depresión se debe un tratamiento oncológico que su cliente afronta, para cual tiene recetado “reposo absoluto domiciliario”.
“Estoy con quimioterapia. No estoy en condiciones de afrontar ningún estrés. Esto, aunque sea silencioso, te va carcomiendo la cabeza. Yo estoy hablando de esto ahora y volviendo sobre cosas del pasado. A la mañana salgo a caminar para despejarme. Son situaciones que yo nunca las he vivido, ni visto. Siempre fui un luchador”, señaló.
González Glaría también fue consultado sobre el yate y sus visitas a la Isla del Medio, tal como quedó reflejado en una serie de videos que llegaron a la redacción a La Voz de Misiones.
“No tengo ningún yate, están mis declaraciones juradas. Pero suelo andar con el yate de un amigo”, respondió sobre la embarcación, y sobre su presencia en la Isla del Medio, a mediados de enero, contestó que “sí, posiblemente, a veces salgo, tengo que limpiarme la cabeza”. Comentarios
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